El poder del juego: cómo la diversión y jugar ayuda a los niños a prosperar
¿Por qué juegan los niños? Lo hacen en occidente, lo hacen en tribus remotas y lo han hecho desde que hay constancia de ello.
Un informe de la American Academy of Pediatrics es bastante esclarecedor a este respecto. Las investigaciones muestran que jugar mejora las capacidades de los jóvenes para organizar, planificar y llevarse bien con los demás a la vez que les permite regular sus emociones.
El juego ayuda con el lenguaje, las destrezas matemáticas y sociales e incluso les ayuda a sobrellevar el estrés a los que les somete la vida real. Así que lo lógico es pensar, al menos desde una visión evolucionista, que los juegos es la forma que la naturaleza ha diseñado para que los cerebros de los niños se desarrollen. Y si te fijas en el mundo animal, parecería que es así. Los animales cuando son pequeños también juegan.
¡Houston tenemos un problema! La vida moderna está demasiado estructurada. Los niños tienen demasiadas actividades. Demasiados “debe” que les impiden tener tiempo para jugar con sus amigos. Pero si esto ya era un problema, los dispositivos electrónicos han venido para ponerlo todo mucho más difícil. La TV lleva con nosotros décadas, pero ahora están las consolas de videojuegos y los teléfonos móviles. La pregunta que nos podríamos hacer es: Actualmente, nuestros hijos ¿Juegan o se alienan?
Los niños han de jugar con otros niños. Pero ¿Dónde? ¿Cuándo? Parecería ser que solo pueden hacerlo en el recreo y en las actividades extra escolares. Pero incluso en estas últimas, todo está muy encorsetado y guionizado. No hay mucho margen para que los niños desarrollen su imaginación y se relacionen en libertad.
Los niños, sobre todo los jóvenes y adolescentes, ya no se relacionan como antes. Los canales de comunicación interpersonal están multiplexados, incluyendo aplicaciones móviles y diversas plataformas como redes sociales, chats y canales de video. Como resultado, los límites de la comunicación interpersonal se han vuelto borrosos. ¿Esto es bueno? Sí, lo es. Pero con matices. Según un estudio de la OCDE, las nuevas tecnologías y formas de relacionarse son únicamente buenas para personas con las habilidades y destrezas necesarias para utilizar bien dichas tecnologías. Un cuchillo es una herramienta. Se puede utilizar para ayudarnos a cocinar una deliciosa receta o para cosas horribles. Con la tecnología pasa lo mismo. Y los niños aun no están preparados para utilizarla adecuadamente sin que se vean arrastrados por su lado más negativo.
Los niños han de jugar con otros niños cara a cara
Según el estudio de la OCDE hay pruebas de que los sujetos con mayores niveles de integración cara a cara tienen mayor satisfacción con la vida, mayor extraversión, percepciones más positivas de Internet y menos soledad. Estas relaciones, compaginadas con interacciones por medios electrónicos hacen el coctel perfecto. Por lo tanto, y conociendo las importantes barreras que el mundo actual impone a los niños para relacionarse cara a cara, la parte offline de las relaciones han de ser potenciadas por los padres. ¿Qué queremos decir con esto? Pues que si los niños pasan poco tiempo relacionándose entre ellos en al cara a cara, los padres tienen el deber de cambiar esto.
Es fácil encontrarse con el problema de que los amigos de nuestros hijos viven suficientemente apartados para que no podamos juntarles fácilmente. Lejos están aquellos tiempos en que a un niño le podías dejar bajar a la calle a jugar con otros niños y preocuparte de él solamente para la hora de la cena.
Por lo tanto, y sobre todo para convencer a otros padres de que los niños tienen que pasar más tiempo juntos, hay que descubrir nuevas formas de lograrlo. Los cumpleaños son solamente una vez al año. Los niños han de verse mucho más. Por lo tanto, se puede celebrar la entrada de un curso escolar. O el fin de él. O la llegada de las vacaciones, o del buen tiempo. Excusas hay mil si sabemos ver la vida con ojos positivos. ¿Por qué no hacer que los niños se vean con la excusa de celebrar las buenas notas?
Desde Furor Amarillo, llevamos años ayudando a los padres a juntar a los niños con sus amigos. Somos expertos en Fiestas Infantiles. No es más que nuestro granito de arena para que los padres no tengan que preocuparse tanto de los peligros que tiene dejar a los niños solos. No hay miedo de los coches, de que alguien se pierda o de que se haga daño. Los niños llegan a nuestro centro y horas después les recogen con el estómago lleno y una sonrisa en la cara. Y lo más importante, habrán jugado, se habrán divertido y habrán desarrollado su imaginación. Y como hemos visto en este artículo, les estaremos ayudando a prosperar el día de mañana.